¡Un respeto, por favor!

  • Hace unos años leí que una sociedad deja de ser viable cuando sus índices de natalidad están por debajo de un determinado valor. Es obvio: si no hay renovación, una sociedad entra en crisis y muere.
  • Hay otros motivos para que una sociedad, sino hacia la muerte, camine hacia la degeneración: el desprecio a sus mayores, a su sabiduría, a su experiencia. El desprecio tiene su punta de iceberg en la falta de respeto, que oculta vicios mayores.
  • No hace falta chillarles, no hace falta insultarles, aunque sea suavemente. Hay muchas fórmulas de falta de respeto: dejar de escucharlos; dejar de apoyarlos, de animarlos; dejar de considerar sus opiniones. Todavía hay más: dejar que nos sirvan más allá de lo razonable, permitirles que trabajen más que los jóvenes, o dicho de otro modo, mientras los más jóvenes, no lo hacen tanto. ¿Comodidad? ¿Dejarse servir? ¿Prepotencia? ¿Falta de amor propio?
  • Quizás te hagas otra pregunta, también obvia: ¿solo a los mayores?
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Álgebra y algo más

  • Se había suspendido la clase de álgebra. En lugar de don Avelino, había acudido don Damián, como otras veces.  
  • Estaban aún tomando sus asientos cuando les abordó con su reflexión, ¿espontánea?, ¿meditada?, ¿inspirada? Sin lugar a dudas, sobresaltada.
  • ¿Hasta qué punto cada observación implica una evaluación? …
  • ¿Acaso evaluar no es juzgar? …
  • Juzgar es etiquetar. Etiquetar es clasificar. Clasificar es condicionar. Condicionar es limitar. Limitar es dar permiso para renunciar…
  • Adela parecía ser la única que le seguía; tal vez la única que atendía:
  • ¿Qué insinúa, don Damián? ¿Debemos renunciar a evaluar?
  • ¿Y si postergamos la evaluación? ¿Y si, antes de juzgar, alguien elige amar?…
  • Porque amar es confiar. Confiar es creer. Creer es poder. Poder es querer.
  • Antes de juzgar… amar. A uno mismo y a los demás.
  • ¡Por una vida apasionante! 
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  • Por el mismo autor: www.15habitos.com

¿Y si lo damos por hecho?

  • Cuentos, metáforas, analogías… ¿qué es para ti la vida?
  • Una carrera. Una excursión.
    Un combate. Un regalo.
    Un juego. Una negociación.
    Una búsqueda. Un milagro.
    Un asombro. Una ilusión.
    Una feria. Un mercado.
    Un suspiro. Un fiestón.
  • ¿Y si fuera una competición? Por el amor.
    Por el aprecio, por el cariño, por el reconocimiento, por el agradecimiento.
  • El amor de mi cónyuge, el aprecio de mis compañeros, el reconocimiento de mi jefe, el cariño de mis amigos, el agradecimiento de mis hijos … de mis padres.
  • ¿Y si lo damos por hecho? El amor. 
    No hay doble intención. ¿A qué daría paso el amor?
  • ¿No daría lugar, primero, a la calma y al sosiego? 
    Y, con seguridad, a la generosidad.
  • Creo, a la generosidad del amor.
  • ¡Por una vida apasionante! 
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Cómo ser feliz, o casi

Cómo ser feliz es una pregunta que resuena desde tiempos inmemoriales. Como si ese fuera el propósito de la vida, exclusivamente. ¿O sí?

  • Tal vez, solo sea la condición para otros propósitos más nobles. Siendo feliz, parece que uno se anima más a emprender según qué acciones. Sin embargo, estamos obligados a actuar a pesar de las circunstancias. ¿Verdad que sí?
  • Sobre la felicidad, se han escrito ríos de tinta; miles de webs en nuestros días.
  • Cómo ser feliz. Parece que no hay respuesta universal. No debe haberla cuando todavía seguimos haciéndonosla. O, quizás, ¡estamos por encontrarla!
  • Algunos dicen tener ya la fórmula, ¡y hasta la escriben! Pero no es la misma para todos.
  • Martin Seligman, padre de la psicología positiva, en La auténtica felicidad, la define como la combinación de nuestra herencia genética, nuestras circunstancias personales y nuestras acciones voluntarias. ¡Bien! ¡Podemos actuar a voluntad! E influir en nuestra felicidad. 
  • En su obra, El viaje a la felicidad, entre otras cosas interesantes, dice Eduardo Punset que la felicidad es la ausencia de miedo. ¿De qué miedos necesitamos librarnos? 
  • Viktor Frankl, padre de la Logoterapia, en El hombre en busca de sentido, y durante toda su vida, expresa y él mismo experimenta, que la felicidad va asociada al sentido de la vida. Entonces, resulta obligado preguntarse, en algún momento (o en varios): ¿qué sentido le doy a mi vida? Es una primera reflexión trascendente o, tal vez, ¿trivial?
  • Abraham Maslow, la relacionó con la autorrealización, como estadio en la cúspide de su pirámide de las necesidades humanas, perfectamente jerarquizadas. Entonces, ¿cómo llegar a la autorrealización? Serán, digo yo, formas concretas de actuar, de pensar y de vivir. ¿Cuáles, específicamente, para ti?
  • En La felicidad como ventaja, Shwan Achor establece que la felicidad depende de cómo tu cerebro procesa lo que ocurre en el mundo (en el mundo y en tu mundo). Y, al relacionar felicidad y éxito, le da la vuelta a la fórmula: si eres feliz, entonces tendrás éxito, en lugar de: si tienes éxito serás feliz.
  • A propósito, ¿qué es tener éxito para ti? Segunda reflexión.
  • Otras investigaciones recientes como, por ejemplo, la llevada por la Universidad de Harvard durante los últimos 75 años, (ahora conducida por Robert Waldinger, como cuarto director del estudio) concluye que la felicidad está vinculada con tener buenas relaciones sociales. No hace falta que sea con muchas personas; basta con unas pocas, amigos de verdad, esos a las que solemos llamar amigos del alma. ¿Qué no hacer por ellos? ¿Qué sí hacer por ellos?
  • Además, este mismo estudio concluye que las relaciones saludables (llámalas nutritivas, si lo prefieres), no solo correlacionan con la felicidad, también lo hacen con la longevidad. De manera que, mantener relaciones sociales de calidad, repercute en tu felicidad y en tu esperanza de vida. ¡Algo habrá que hacer!
  • Cómo ser feliz. Tercera reflexión.
  • ¡Nos faltan los místicos! ¡Y los santos, como Santa Teresa de Calcuta!
  • Cómo ser feliz seguirá siendo motivo de estudio. Si no hay respuesta universal, la habrá entonces individual. Tal vez, tengamos que ir por el método prueba-y-error: ¿viajar? ¿conversar? ¿trabajar? ¿compartir? ¿disfrutar? ¿amar? ¿buscar el placer? ¿evitar el dolor? ¿aspirar a perdurar? ¿destacar?
  • ¿Cuál es tu respuesta?
  • La mía, hoy, son los detalles. Eso, los detalles. Los del día a día. El agradecimiento por lo compartido, por lo vivido. La satisfacción del esfuerzo, del deber cumplido, de una leve contribución. La observación de lo bello, de lo cotidianamente bello. La reflexión, el descanso, tu conversación…
  • A veces, simplemente, sí porque sí. Porque elijo ser feliz. Elijo llamar a mi primo Luis y oírle reír. Y decirle que le quiero.
  • Porque, ya se sabe, la vida no es perfecta, pero puede ser maravillosa. Y tú, también lo eres. ¡Mereces ser feliz!
  • Cómo ser feliz, la pregunta seguirá resonando mientras el mundo continúe girando.
  • ¡Por una vida apasionante! 
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Fotografía por gentileza de Taivas Bulud

Ternura

  • A ti, ¿qué te evoca la palabra ternura?
  • La ternura es una disposición del corazón: la de dar la bienvenida al otro tal como es.
  • Es mirada que permite revelarse: «las miradas más hermosas, las verdaderas miradas de amor son las que nos esperan», dijo Paul Baudiquey.
  • Es gesto que consuela y alivia a quien llora.
  • Es amistad fiel entre dos amigos felices de estar juntos.
  • Es fuerza  que se intercambia.
  • Es luz que ilumina nuestras caras.
  • Es comunión cuando los cónyuges se unen.
  • Es oxígeno de vida para el bebé que viene al mundo.
  • Es tierra fértil que hace nacer y crecer lo mejor de cada uno.
  • Es energía poderosa que circula en la gran familia humana.
  • Es poesía, es un himno que revolotea de un alma a otra.
  • Es unción que sana corazones.
  • Es compasión, como una caricia de Dios.
  • Es bendición para quien la da y para quien la recibe.
  • La ternura es oración
  •     – Reflexión publicada por gentileza de Laure PICHOT. Gracias, querida amiga, por compartirla-.
  • ¡Por una vida apasionante!
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El triunfo del amor

  • Aunque solemos tenerlo claro, es bueno corroborarlo de cuando en cuando. Ha vuelto a triunfar el amor: hemos alcanzado el 94,7% del objetivo. Por ello, muchísimas gracias, de corazón.
  • Es el amor y la generosidad lo que mueve el mundo. Y la predisposición a ayudar. ¡Estamos siempre dispuestos a reaccionar! Una vez más, nos movilizamos por una causa justa: por la mejora de las condiciones de vida de quien identificamos cercano.
  • Lo hacemos de manera reactiva, cuando se nos solicita, que es lo normal porque no siempre estamos tan alertas o porque son muchas las necesidades. Tantas que podemos sentirnos desbordados y eso, a veces, nos impide actuar.
  • La fecha límite ha llegado. A todos los que habéis contribuido, ¡mil gracias! Y a los que, en esta ocasión no habéis podido hacerlo, gracias también por seguirnos y por vuestro apoyo.
  • A todos, os iremos informando de los progresos de vuestro primer proyecto solidario en Isla de Fogo, Cabo Verde. Y, con independencia de que el primer plazo ha cumplido, los cauces para la solidaridad siguen abiertos. Porque el amor ha vuelto a triunfar, porque siempre triunfa el amor.
  • Feliz semana.
  • ¡Por una vida apasionante!
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Fotografía por gentileza de Taivas Bulud

Sobre las leyes injustas y la lucha no violenta

  • Aquella tarde se le acercó su hija para entablar conversación:
  • – Papá, tú que tanto escribes, ¿por qué no lo haces en tan delicado momento?
  • – Para escribir, necesito inspiración, además de una buena razón. 
  • Y es que, sobre leyes, me falta conocimiento
    como para pronunciarme sobre tan grave acontecimiento.
    Huyo de las emociones, que nublan el entendimiento.
    Busco quién pueda servirme de referente,
    Ante todo, me gusta ir a la fuente. 
    No es lo mismo predicar que dar trigo.
    No basta con qué, ni cómo lo digo.
    Hay que ser consecuente,
    y, para afrontar las consecuencias, también valiente.
  • ¿Qué tal a Nelson Mandela recurrir,
    o al mismo Martin Luther King?
    En su libro Sueño de igualdad,
    dijo Martin lo que para él era verdad 
    cuando la lucha no violenta tuvo que adoptar:
  • Bajo ningún concepto preconizo la desobediencia, ni el desafío a la ley. El que quebranta una ley injusta tiene que hacerlo abiertamente, con amor, y dispuesto a aceptar la consiguiente sanción.
  • Un individuo que quebranta una ley injusta para su conciencia, y que acepta de buen grado la pena de prisión con tal de despertar la conciencia de la injusticia en la Comunidad que la padece, está de hecho manifestando el más eminente respeto por el derecho.
  • Luther King citó a Santo Tomás, cuando de la moralidad de las leyes quiso hablar:
  • Toda norma que no altere la personalidad humana es justa. Todo norma que degrada la personalidad humana es injusta. 
  • Una ley injusta es una norma por la que un grupo numéricamente superior o más fuerte obliga a obedecer a una minoría, pero sin que la norma rija para ese grupo mayoritario.
  • – Papá, ¿por que mencionas a Mandela y a King? 
  • – Para muestra, hija, un botón. Lucharon contra la injusticia sin temor. Por ello, ambos pasaron por prisión. Cambiaron la historia. Hombres valientes los dos.
  • – Por cierto, papá, quiero que me ayudes con los deberes de hoy: una disertación sobre lo accesorio y lo esencial.  

Fotografía por gentileza de Taivas Bulud

¡Feliz domingo!
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¿Cuáles son tus amores?

  • En su obra El arte de amar, Erich Fromm nos habla de cinco tipos de amores: el fraterno, el maternal, el erótico, el amor a uno mismo y el amor a Dios.
  • Por su parte, C.S. Lewis, en Los cuatro amores, describe estos: afecto, amistad, eros y caridad.
  • ¿Cuáles son tus amores? Estos son los míos:
  • Mi abuela María, para quien siempre fui un niño bueno y con cuya protección cuento cada día.
  • Doña Visitación, extraordinaria maestra, me enseñó a confiar en mis capacidades. ¡Una bendición de mujer! Bendita ella, sus hijos y nietos.
  • Mi madre, ¡cuán fácil ha sido la vida junto a ella! ¡Gracias por tanto a cambio de tan poco!
  • Mi padre, de quien copié el gusto por el trabajo bien hecho.
  • Mi queridísima esposa que, con sus oraciones, su cariño y su dedicación, ha transformado mi vida a mejor. ¡Maravilla de mujer!
  • Mi hija, de corazón inmenso, que me ayudó a salir del pozo más profundo.
  • Mi hijo, ¡todo pasión!
  • Mi familia completa, mi familia política, mis amigos, mis profesores, mis compañeros. 
  • ¡Inmenso es mi amor! ¡Gracias de corazón!

Fotografía por gentileza de Taivas Bulud

¡Feliz semana!
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¿Qué es lo que soy?

A cuenta de no se sabe qué, el muchacho le lanzó una mirada cercana al desprecio. Con tono casi despectivo, le dijo: Es que eres… Y rápidamente apartó los ojos de él, dispuesto a seguir con su prioridad en ese instante… un nuevo mensaje, un vídeo, tal vez un like más.
El hombre, en su pensamiento terminó la frase: ¡maravilloso!, ¡encantador!, ¡eso es lo que soy!
Años atrás, hubiera respondido de inmediato, de otra manera, pero ahora, curtido por la experiencia, enlazó un segundo pensamiento: Y de ti, a mi edad, ¿qué crees que dirán?
Guardó silencio durante unos segundos más y, con serenidad, dirigiendo una cariñosa mirada a su hijo, sonriendo con amabilidad, le dijo: Puede que sea… ¿acaso los dos no hacemos lo mejor que sabemos? Desde nuestra imperfección, desde nuestra pequeñez… desde nuestra realidad, ¿qué podemos, tú y yo, crear? ¡Algo bello será!

Fotografía por gentileza de Taivas Bulud

¡Feliz fin de semana!
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¡Es de los míos, otra vez!

Es doloroso ver problemas de relación entre miembros de una familia: hijos que desprecian a sus padres, padres que reniegan de sus hijos, hermanos que no se dirigen la palabra, primos que evitan verse, cuñados que hablan mal el uno del otro y viceversa…

¡Cuánto dolor, cuánta incomprensión!
Más doloroso, todavía, si esa familia es la tuya. ¿Qué barreras puede haber? ¿Tan fuertes como para no derribarlas?

Falta de apego; quién llama primero,
quién entregó más; quién trabajó menos,
quién no preguntó; quién murmuró; quién no se ofreció.
¡Tantas diatribas!

Ya sé que para juzgar tu caminar, antes, he de calzar tus zapatos y sentirlos en mis pies. Pero, ¿has calzado tú los suyos? ¿Los de ese, los de esa con quien te llevas tan mal?

No quiero hablar sobre perdón, quisiera primero lograr comprensión.
¿Qué lleva a una persona razonable, educada, amable, a semejantes decisiones?
¿Qué reglas tienes tú para dar y retirar la confianza? ¿Cuándo justificas dejar de hablar?

Para la mayoría, suele bastar con que “nos falle” ¡una sola vez!

  • Me levantó la voz… Me ninguneó… Olvidó llamarme… Me negó un favor… Me llevó la contraria… Me dejó solo… Me faltó el respeto… No me prestó… Me sisó.

Con frecuencia, no consentimos ninguna debilidad o, simplemente, dejamos de respetar su singularidad. Y su derecho a decir NO.

¡Son personas! No santos, ni santas. ¡Rebajemos las expectativas! ¡Un poco de clemencia!

Aunque no seas cristiano: Mateo 5:23, 24: Si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,  deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

Nos lo recordó la Madre Teresa de Calcula: Si quieres hacer algo más por la paz en el mundo: ve a tu casa y ama a tu familia.

Yoshinori Noguchi nos da una alternativa en su libro La ley del espejo.

 ¿A qué persona quieres recuperar? ¡Hoy mismo, lánzate a llamar!

¡Feliz semana!
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