¿Te imaginas por un momento con el poder de emitir luz? Sí, imagina que emitieras luz. Pero no una luz estridente e intensa como emitimos muchas veces queriendo ser el centro de la atención.
Imagina emitir una luz suave y cálida. Amable. Una luz que envuelve, que abraza, que acaricia. Una luz que allá donde vayas ponga luz. Que caliente, que alumbre, que aliente. No en todo lugar como hacemos muchas veces queriendo proyectar no sé sabe qué. Ser luz allí donde y cuando se necesita.
Luz que alumbra, luz que calienta; que hace sonreír, que ilumina el semblante, el corazón y la mente. Luz que te envuelve.
Imagina, sí, que puedes ser luz para muchos. Imagina que, allí donde vayas, puedes poner luz. ¿Verdad que así el mundo muestra mejor su color?
¡Por una vida apasionante!
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Por el mismo autor: www.15habitos.com