De entre las varias intenciones para el nuevo año, procuro siempre elegir alguna fácil de cumplir. Por ejemplo, seguir leyendo; cada día un poco. Así, siendo consciente de que los inicios son importantes, comienzo por algo inspirador: La imitación de Cristo, de Tomás H. de Kempis, de mediados del siglo XV. Parece que en aquella época ya se estilaban los propósitos. Tal vez, para más de un año: la imitación y el seguimiento de Cristo. Lo enunciaba así Kempis:
”Seguir a Cisto no consiste en especular sobre los misterios de Dios, sino en imitar su vida. Porque es mejor obrar el bien que definirlo. Pero para obrar es necesario el conocimiento (…)
Se imponen dos premisas para afianzar ese conocimiento: la prudencia en las acciones y la lectura de la Sagrada Escritura. (…) evitando dos escollos: el orgullo y la vana esperanza, que lo fía todo en el hombre. Es necesario además, educar las relaciones con el prójimo, (…) y disciplinar la lengua, vehículo de nuestra conversación.
Simultáneamente, es menester, para lograr la configuración con Cristo, desplegar a toda costa el celo por progresar en la virtud, arrostrando la adversidad y resistiendo a la tentación.” (*)
¿Servirán estos enunciados para el tiempo actual? ¡Habrá que probar!
Con nuestros mejores deseos para el nuevo año: ¡FELIZ 2O2O!
¡Por una vida apasionante!
vive, disfruta, comparte
Por el mismo autor: www.15habitos.com
(*) Imitación de Cristo; quinta edición, Editorial Regina, S. A., de la introducción al libro I, páginas 64 y 65.