El corazón del árbol solitario

  • Comentario publicado por Santiago García el 19 de julio de 2018.
  • Hay libros que te inducen una reflexión. Otros te hacen ver ciertas cosas de manera diferente.  Algunos te cambian la forma de pensar.
  • Hay libros que te llevan a emprender una acción o más. Otros te cambian algún que otro hábito. Algunos te pueden cambiar la forma de experimentar ciertas vivencias. Y, definitivamente, unos pocos libros te pueden cambiar la vida por completo. 
  • El corazón del árbol solitario es un ejemplo de todos esos libros, según para quién. El autor, el sacerdote jesuita José María Rodríguez Olaizola, narra la historia del también jesuita Kike Figaredo -el obispo de las sillas de ruedas. La suya es una historia de entrega, como la de otras muchas personas: las de héroes y heroínas anónimos que, a la luz del Evangelio y el ejemplo de Cristo, trabajan para ayudar a rehacer su vida a quienes, por la violencia, la han visto repentinamente destrozada.
  • Historias que, difícilmente, dejarán indiferente a nadie que las lea. El drama de las familias refugiadas, que huyen de la guerra. El horror de las minas antipersona que dejan mutilados a miles de niños, sumiéndolos en la más terrible de las desesperanzas. En medio de todo ello, el amor, la entrega y la determinación.
  • Suelo dirigir mis sugerencias de lectura a todos los públicos; en esta ocasión, la recomiendo especialmente a nuestros jóvenes y adolescentes. Nada más comenzar, descubriréis por qué.
  • Transcribo aquí un fragmento de la obra:
  • Algo, muy dentro, nos dice que los niños deberían tener una infancia de escuela y juegos, de familia y abrazos, estar de algún modo protegidos de la dureza del mundo. Por eso, cuando nos asalta la realidad de su sufrimiento injusto, cuando tenemos noticias de críos esclavizados, pasando hambre, golpeados por la guerra o víctimas de abusos sexuales, nos estremecemos. (…)
  • El reto, enorme, que tenemos es ir mucho más allá. No ser tan solo gente que se conmueve ante una historia que nos lleva casi hasta las lágrimas, porque conjuga al tiempo dolor e infancia, pero que luego olvidamos. (…) Si nuestra mirada se queda tan solo ahí, en el corazón encogido y el lamento por lo que no debería ocurrir, no basta. Necesitamos que estas historias echen raíz en nuestra entraña, para generar respuestas.
  • Puedes comprarlo aquí: El corazón del árbol solitario
  • ¡Feliz lectura! 
  • ¡Por una vida apasionante! 
    vive, disfruta, comparte
  • Del autor de este blog: www.15habitos.com