SETEAR

  • No, no falta la “S”, porque no es sestear, no. Que todavía estamos en primavera y no aprieta tanto el calor.
  • Tampoco es sesear, ni cecear. No hay error tipógrafico. Ni se trata de un problema lingüístico, ni procede de ninguna traba lingual, porque, al fin y al cabo, estoy escribiendo, que no hablando.
  • Para mis colegas del Piquer, SETEAR no es hacer el seta, aunque alguien nos lo sugiriera. ¿De qué se trata, entonces?
  • SETEAR es parte de un proceso mental, y, por tanto, real, mediante el cual muchas personas sustituyen, en su cerebro, la “S” por la “T”, y al revés, según en qué palabras. Y alguna vocal, si hace falta.
  • Ocurre más entre personas que hayan padecido alguna adicción, aunque tampoco es raro que les pase a otras que no las hayan sufrido.
  • Voy a poner un ejemplo: el de los fumadores. Bueno, el de los exfumadores novatos, esos que lo acaban de dejar.
  • Resulta, que según lo dejan, dicen sentir ANSIEDAD. Y se desesperan hasta que su cerebro pone en marcha el mecanismo del SETEO, es decir, empieza a SETEAR. Entonces, su cerebro, en lugar de ansiedad, interpreta y ejecuta el proceso ANTI-EDAD. Así, en español, puede resultar chocante, pero, dicho en el idioma de Shakespeare, es otra cosa: ANTI-AGING, ¿verdad que sí?
  • Pues bien, gracias al proceso ANTI-EDAD ocurren maravillas en su organismo:
  •   – Las células se desintoxican.
  •   – Los tejidos recuperan su flexibilidad y naturalidad.
  •   – Los órganos se vuelven, otra vez, plenamente funcionales.
  • En definitiva, todo el organismo, poco a poco, o más rápidamente, recupera su salud natural. Al contrario de lo que pueda parecer, es un proceso no exento de dificultades ni sufrimientos. Más que nada porque el exfumador novato, de vez en cuando, quiere pensar en el TABACO y, de repente, su mente le trae el SOBACO. ¡Otra vez con el SETEO a cuestas!
  • ¿Y qué sobaco crees que le trae? No, no… no es un sobaco ASEADO, no. Es un sobaco ATEADO. ¡¿?! Sí, un sobaco que, huyendo del ASEO, se ha vuelto ATEO. Vamos, que no cree en la purificación del agua y, en consecuencia, ni la prueba. Ante todo, coherencia, aunque sea, cerebral.
  • Vaya con el procesito. Al SETEAR, el tabaco se convierte en sobaco. ¡Y menudo sobaco! Nada más ni menos, que ateo, nada de aseo. ¡Horror! Sobre todo, porque, según han referido algunas de las personas en las que el proceso de SETEO está más desarrollado, llegan a percibir el olor, perdón, el hedor… Mejor no seguir por aquí.
  • ¡Menuda gracia! Tanta que, a veces, no los sobacos, ¡los exfumadores! necesitan visitar al PSICÓLOGO. Lo logran si no entra en marcha el SETEO. Porque si es que sí, terminan en el TOCÓLOGO.
  • Empiezo a notar que, para otras adicciones, el SETEAR funciona por igual: adiós a la ANSIEDAD, ¡viva la ANTI-EDAD!
  • ¡Por una vida apasionante! 
    vive, disfruta, comparte.

1 opinión en “SETEAR”

  1. Eso es, recuperar el ritmo sin tener k fumar o beber, ser uno mismo. Sentir sin ansiedad y disfrutar sin adición. Feliz sábado.

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