Al principio me molestaba el calificativo negacionista aplicado a la realidad social actual. Porque la primera concepción del término, antes de popularizarse en nuestros días, se refería a la negación histórica del holocausto y el genocidio que fue. Un crimen negarlo.
Una vez acostumbrado a que las palabras van evolucionando según interesa, como ha ocurrido con pandemia, vacuna, inmunización, y con otras tantas, la cosa me importa menos. Y menos todavía ahora que observo que:
Me niego a aceptar la nueva normalidad que tampoco acepta la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria: Hacia el fin de la excepcionalidad
Me niego a inocularme con un tratamiento experimental que ningún médico me prescribe y sobre el que nadie me ofrece el legalmente exigible consentimiento informado. Un fármaco, el Comirnaty 30 microgramos/dosis, cuya hoja técnica especifica que (cita textual): “Existe un mayor riesgo de miocarditis y pericarditis tras la vacunación con Comirnaty. Estos trastornos pueden aparecer a los pocos días de la vacunación y se produjeron principalmente en un plazo de 14 días. Se han observado con mayor frecuencia tras la segunda dosis de la vacunación, y con mayor frecuencia en varones jóvenes (ver sección 4.8). Los datos disponibles indican que el curso de la miocarditis y la pericarditis tras la vacunación no es diferente del curso de la miocarditis o la pericarditis en general.” Casi nada.
Me niego a pincharme repetidamente con una inyección fabricada por una empresa cuyo máximo representante, el Sr. Albert Bourla, CEO de Pfizer, ha afirmado que “sabemos que dos dosis de la vacuna ofrecen una protección muy limitada, si es que ofrece alguna” (esto es literal), y que la inyección buena será la versión 1.1 (literal también esto de versión 1.1), que llegará en marzo de 2022.
Me niego a someterme a pruebas de enfermedad que los CDC estadounidenses (organismos oficiales para la prevención y control de enfermedades) han afirmado que son inespecíficas y cuyo uso para el diagnóstico de covid dejó de recomendar a partir del 31 de diciembre de 2021 (y de las que retiran lotes del mercado por erróneas): Los CDC retiran la Autorización de los test PCR
Me niego a animar a que se pinche a niños con un brebaje sobre el que el experto Doctor en Virología, defensor de las vacunas, el profesor Geert Vandem Bossche, anteriormente en la plantilla de la Fundación Bill y Melinda Gates y en la Alianza GAVI (Global Alliance for Vaccines and Inmunizations), ha dicho que ni inmunizan ni sirven para detener la circulación del virus: sobre la inmunidad natural de los niños.
Me niego a respaldar las medidas dictatoriales en contra de los derechos fundamentales de los ciudadanos en países como Israel, y otros tantos, en el que el Dr. Ehud Qimron, jefe del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad de Tel Aviv y uno de los principales inmunólogos israelíes, ha escrito una carta abierta al Ministro de Sanidad en la que critica duramente la gestión del gobierno israelí de la pandemia de coronavirus, cuestionando con argumentos sólidos sus políticas y actuaciones basadas en la ocultación de los hechos: Ministerio de Sanidad: es hora de admitir el fracaso
¡Sean bienvenidos al club del negacionismo! Ahora que nunca más será lo que era. Porque tanta oficialidad no cuadra de ninguna manera.
¡Por una vida apasionante!
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Por el mismo autor: www.15habitos.com