Habían quedado para ir juntos a patinar esa mañana, víspera de la fiesta de los Reyes Magos. Casi no le dio tiempo a saludarlo, cuando Jorge le dijo a su amigo Manuel:
- – Sabes, ¡he soñado con los Reyes Magos!
- – Será porque no les has escrito la carta -respondió bromista Manuel.
- – No, no es por eso. Justamente, Baltasar tenía mi carta en la mano. Y, ¿sabes?, me preguntó: ¿seguro que no quieres pedir un regalo mejor?
- – ¡Toma ya! Pues, ¿qué les has pedido?
- – Lo típico: los últimos videojuegos, unas deportivas de marca y la nueva…
- – ¡Pues no está nada mal! -replicó Manuel pensando en lo que había pedido él.
- – Eso mismo pienso yo; me quedé atónito y les pregunté: algo mejor, ¿cómo qué?
- – Algo que te dure para siempre, algo que puedas usar este año y todos los años de tu vida,-fue la respuesta que tuvo de otro de los Reyes.
- – ¡Eso sería guay! -dijo emocionado Manuel.
- – Ya, pero cuando pensaba que iba a seguir, ¡pum!, me desperté.
- – ¡Vaya hombre! Pues tranquilo, que los sueños, sueños son.
- – Ya, ya, pero, ¿y si Baltasar tuviera razón?, ¿cuál sería un regalo mejor?
- ¡Por una vida apasionante!
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