A pesar del (mal) humor

 

Conversaba con su amiga, como tantas otras veces:

– Ramón, en tus escritos insistes en la importancia de mantener un estado de ánimo positivo y optimista para, desde ese estado, emprender mejor la acción.

– Claro, Diana, porque las acciones dependen del estado en que nos encontramos en cada momento: ánimo positivo y optimista, nos atrevemos con casi todo; ánimo negativo o pesimista, ¿para qué emprender nada? O, por si acaso, no dedicarle tanto esfuerzo…

– Entiendo. ¿Y si aprendiéramos a actuar a pesar del humor? Del mal humor que a veces nos acompaña. A actuar desde el estado de ánimo del momento, cualquiera que sea. Incluso desde la apatía y la desgana. Actuar, sin importar qué o cómo nos sintamos. ¿No crees que es más meritorio y necesario? 

– Querida amiga, te doy la razón: a pesar del humor, ¡emprendamos la acción!

¡Por una vida apasionante! 
vive, disfruta, comparte
Por el mismo autor: www.15habitos.com

A mi ángel custodio

  • Mi querido ángel custodio:
  • Hoy, después de tantos años viviendo como si no existieras, me dirijo a ti por primera vez, con la confianza de que me escuchas con atención. Y con sensata obediencia.
  • Ahora sé todo lo que has hecho y seguirás haciendo por mí, desde siempre, ante mi absoluta inconsciencia. Tú, día tras día, estás ahí, sin reservas, con total atención, con incondicional amor.
  • Por todo ello, quiero darte las gracias. Por tu dedicación, por tu constancia; por todos tus cuidados. Por procurarme la protección necesaria en cualquier circunstancia, en cualquier situación, en todos los lugares. Gracias, mi querido ángel custodio.
  • Muchas gracias por querer siempre lo mejor para mí, por estar siempre vigilante, a pesar de mis, muchas veces, rebeldía, dejadez, abandono y hasta negligencia. Gracias por tratarme bien siempre… Incluso cuando me resisto, cuando me niego a seguir tus recomendaciones a la primera.
  • Necesito y quiero que sigas ocupándote de todo eso y que sigas haciéndolo, como siempre, con tu mejor intención. Contigo estoy protegido porque tú sabes lo que me conviene, lo que debo elegir, por dónde he de discurrir. Confío en ti porque atesoras la experiencia de los años y de la observación permanente. Protégeme de los sobresaltos, de los excesos, de los arrebatos resultado de mis conductas.
  • Ahora que sé de tu existencia y de tu cercanía, quiero comunicarme contigo, escucharte y seguir tus indicaciones. Házmelas saber con sutileza, a tu manera, siempre con benevolencia. Te pido que insistas si mis oídos se cierran, si mis ojos miran a otra parte, si mi razón se ofusca o mi sentir se endurece. Quiero que sepas que valoro tu insistencia y tu buen hacer.
  • Lo sé, tú tienes múltiples recursos; sabrás usarlos, según cada ocasión, con precisión. Hazme llegar tus indicaciones con suavidad, con delicadeza y con suficiente antelación. ¡Tienes opciones, un montón!
  • Animado por esta confianza, me comprometo a agudizar mis sentidos, a estar atento y a desplegar mi intuición. Para así, yo también cuidar de mi integridad más conscientemente y contar siempre con tu protección. Siempre con tu mejor intención.
  • Y a responder para que, ante la repetición, nuestro entendimiento vaya en aumento.
  • ¡Por una vida apasionante! 
    vive, disfruta, comparte